Tal vez el gran desafío que aún
nos plantea la epistemología sea la consideración específica de las ciencias
sociales. La superación de este desafío dependerá, en gran parte, de la
superación del prejuicio mas acendrado en la historia de las ciencias: la
convicción de que las ciencias naturales son las únicas ciencias posibles.
Así, las ciencias de la
naturaleza se constituyeron en el paradigma de cientificidad y las
características del conocimiento científico se generalizaron a partir de las
características del conocimiento en las ciencias naturales. Un cono cimiento es categorizado como
científico si puede formular hipótesis generales que aspiran a convertirse en
leyes universales con amplio poder de explicación y de predictibilidad . Estas
hipótesis van a ser validadas a través de la experimentación donde las
variables en juego estaràn sometidos a l control de los investigadores que
procederán a su manipulación en función de la propia lógica de esa
investigación.
Este prejuicio se basa tanto en
el reconocimiento de la larga tradición de las ciencias naturales como la
creencia en que dicha historia constituye una ininterrumpida espiral de logros
que han sido posibles gracias a la rápida formación de un consenso racional entre
científicos acerca de cuestiones básicas tales como la definición de los
métodos, técnicas y objetivos de la investigación.
Frente a tamaña edificación
teórica , las ciencias sociales exhiben con timidez sus doscientos años de
historia construidos no a partir de continuidades sino de disrupciones y
conflictos que tornaron difícil la consolidación de un acuerdo mínimo que
garantice la continuidad de la
investigación sobre pilares mas firmes y que evite los corsi e ricorsi que obligan a los científicos a revisar
continuamente sus marcos teóricos.
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